jueves, 18 de octubre de 2007

La Tierra es Plana


“La terra és plana, ho sap tothom, 
però a les planes hi ha rieres, codinetes i turons.” esta canción de Quimi Portet, ex Último de la Fila e insigne “osonenc”, define perfectamente el recorrido de la Media Maratón de Roda de Ter (Osona). 21 Km que transcurren por una Plana de Vic de continuos “subeybajas”, que no llegan a romperte las piernas, pero si que pueden llegar a quebrarte la moral.
Como es habitual en estas fechas, día fresco y de niebla para destemplar a los frágiles de espíritu llegados al pueblo del poeta Miquel Martí i Pol. En la salida unos 600 corredores, repartidos en dos pruebas de 10 y 21 Km, que, tras compartir 5 Km de recorrido, se separan, unos en dirección a Manlleu y el resto, yo incluido, rumbo a Vic subiendo una larga y progresiva cuesta coronada por la Creu de Roda.
Después, enfilamos rumbo al Polígono industrial, zona en que la orografía nos concede una pequeña tregua hasta el Km 12. Precisamente, en esta parte de la carrera aparece por detrás Edu, un compañero de mi época del FP de La Salle, que me saluda efusivamente y, con la misma efusividad, se aleja de mi, dándome un señor hachazo que envidiaría un aizkolari de Bilbao.
En estas se levanta la niebla y empieza a lucir un esplendido sol en un cielo azul-azul, -aunque con un aire fresquito, ideal para correr-, y paso por la alfombra de los 10 Km en un tiempo oficial de 50:58 (no hay arco de salida, por lo que creo que hay que descontar unos 20”).
A partir del Km 12, la temible recta de la carretera de Manlleu. No es que sea empinada, pero luce un sinfín de subidas laaaaaaaaaaaaargas seguidas de sus buenas bajadas, en una vía ancha que te permite ver el suplicio que te queda; un buen entreno psicológico para la Maratón.
Llegados a Manlleu, Km 18, me encuentro con mi padre, que ha estado también en la salida, dándome unos ánimos que agradezco con toda mi alma (gracias, Miguel).
Enfilamos de nuevo para Roda, con una cochina subida de 200 metros que me acaba de apuntillar el amor propio, seguida de una dulce bajada hasta llegar a meta, adelantado en los últimos metros por dos chavales y dos féminas que, sin duda, tenían más prisa que yo.
Tiempo oficial 01:51:04, el PEOR de mis 5 medias maratones. Pero he disfrutado de una de las MEJORES carreras de mi vida: he corrido a gusto, a pesar de la dureza del recorrido, saludado a un porrón de amigos, mi padre ha venido a compartir mi afición conmigo, (ahora que voy a ser padre quizá valore más estas cosas), la bolsa, los servicios y la atención de la organización EXCEPCIONAL.. ¡Ah! Y encima me ha tocado el primer premio, un fin de semana en Andorra, y eso sin haber ganado…¿Qué más quieres, Maripili?

lunes, 8 de octubre de 2007



Les coureurs
Robert Delaunay, 1913


Recupero mi pobre blog que tengo inexcusablemente abandonado.
Falta de tiempo y cierta rebaja de mis aspiraciones correriles podrían explicar mi dejadez. Andamos, además, mi compañera y yo, especialmente ella, inmersos en un feliz embarazo que dura ya 8 meses, con lo que siempre van saliendo imprevistos. Pero que queréis que os diga; ojala todos mis imprevistos fueran de este tipo.
De todos modos no puedo quejarme, desde la vuelta del verano voy rascando tiempo para hacer cuatro resoplidos y humedecer la camiseta como mínimo un par o tres de veces por semana. El problema es que las series no forman parte de mis rutinas, así que los tiempos no mejoran significativamente:

Junio Can Mercader-Almeda 47:05
Vacaciones
Septiembre 10K Poble Nou 50:40
Semptiembre 10 K Cursa de la Mercè 50:10
Septiembre El Prat de Llobregat 49:35
Mejor tiempo 10 K enero 45:52

Como podéis ver, estoy en una velocidad crucero de 5’. Cómodo, pero no para estar orgulloso.
Este fin de semana participo en la media de Roda de Ter, cerca de Manlleu (Osona), mi pueblo “ de toda la vida” -ahora vivo en Barcelona-. Lo jodido es que cada vez que corro en casa me salen unas carreras de pena y algunos de mis "amigos" de la comarca meten unos hachazos que me dejan con la moral para colgar las zapas y con los cordones, colgarme yo.
En fin… será la presión de “jugar en casa”.